 Porsche 918 Spyder
¿Qué es lo primero que te llama la atención de este coche: su precio de compra de 768.000 € en Alemania, las emisiones de CO2 de 79 g/km o su velocidad máxima de más de 340 km/h? Si crees que
estas dos cosas no cuadran, tienes razón.
Porsche está en camino de posicionarse dentro del grupo justo debajo de Bugatti en términos de potencial de vehículos. Quizás se convierta en una empresa hermana, como Audi, por ejemplo. En cualquier caso, algo
está sucediendo. No se limitan a adoptar la tecnología de la empresa matriz y perfeccionarla.
Una cosa debe quedar clara: la propulsión híbrida es la tecnología del futuro próximo. Veremos hasta dónde llega BMW con su serie i, o si el extensor de autonomía, actualmente opcional, tendrá que evolucionar hacia
un potente sistema de propulsión secundario.
Como ya nos hemos acostumbrado, Porsche presenta todo esto de la forma más extrema posible. Se podría decir que el 918 es un deportivo al que se le ha reducido el peso con gran empeño, seguido de un enorme
cargando con vistas a la modernidad. ¿Qué haría el motor V8 central con un cupé aún más ligero, sin tecnología eléctrica, de aproximadamente 1100 kg? Es difícil de imaginar.
La recuperación de la frenada y la marcha por inercia siguen teniendo sentido, pero un sistema de arranque y parada automáticos, como los 79 g/km de CO2, probablemente se deban al extraño estándar NEDC. En
lugar de fomentar el ahorro, estos producen nada menos que 652 kW (887 CV) en el 918, compitiendo con el Bugatti Veyron,
con la tracción total adicional prácticamente como una ventaja.
La tecnología híbrida en la transmisión del motor de combustión (tecnología Panamera) es sorprendente, considerando que ya hay mucha en la parte delantera. El motor delantero también está desacoplado por un
embrague a partir de los 235 km/h. Y todo esto con el trasfondo de que el interior de fibra de carbono cuenta con una superficie metalizada para ahorrar algunos gramos adicionales. La empresa matriz aún tiene margen
de simplificación en este aspecto.
Quizás las preguntas de diseño deberían dejarse de lado. Pero esta fantástica vista trasera, con su alerón extensible bien integrado, contrasta un poco con la familiar vista frontal. Los efectos de pintura tampoco ayudan
mucho. Cabría esperar que los ingenieros de Porsche aplicaran el enorme potencial de sus ingenieros para, al menos, mantener la aerodinámica delantera, a la vez que la hacían más atractiva y típica de la marca.
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