 Fuerza de frenado
El puntero rojo del reloj muestra algo menos de 14 kN. Esta es la fuerza máxima ejercida sobre las pastillas por el pistón único de este freno de pinza flotante. Es mucho mayor con el freno de disco que con el
freno de tambor, porque menos superficie de rozamiento genera fricción aquí.
Ahora puedes preguntarse por qué los ingenieros no hacen más grande esta área o, como en el estudio de diseño de ATE para BMW que se ve arriba, ¿dejan que dos pinzas actúen en un disco? No, lo que
importa no es el tamaño de la superficie de fricción, sino la transferencia de calor. No se gana nada si el freno se calienta demasiado y el 'fading' reduce el rendimiento de frenado.
Uno quiere detenerse lo más rápido posible, es decir, convertir la energía cinética existente en calor y liberarla al medio ambiente, al revés del motor, que absorbe energía a través del combustible o la carga
eléctrica y debe convertirla en energía cinética lo más rápido como sea posible. Por lo tanto, existe la potencia de frenado, que por cierto siempre es más alta que la potencia del motor, incluso en los autos
súper deportivos o de carreras.
Por supuesto, los frenos casi siempre tienen algo que ver con la dinámica del vehículo. Bloquear un vehículo que está parado es relativamente fácil, por ejemplo con la ayuda de cuñas adecuadas, incluso para
un camion de 40 toneladas, no habría ningún problema. Pero, cuando el vehículo está en movimiento, a veces es sensible al bloqueo de las ruedas. Mientras tanto, podemos descartar en gran medida las
diferencias entre ejes, al menos en lo que respecta a la tecnología del freno en sí.
Pero el equilibrio entre los ejes delantero y trasero sigue siendo un problema, especialmente porque cambia según la velocidad. Es por eso que aquí se aplica una regla que ya hemos aprendido en la
descripción del sistema ABS: es mejor renunciar a un poco de potencia de frenado que poner en peligro la estabilidad del vehículo al frenar.
La distribución de la fuerza de frenado a veces es particularmente delicada en los vehículos de dos ruedas, donde la rueda trasera puede despegarse completamente del suelo. Un buen ejemplo son los
vehículos con motor trasero, que a menudo logran una distribución dinámica de la fuerza de frenado de casi 50:50 debido a la alta carga en el eje trasero.
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