Los sistemas hidráulicos aportan grandes fuerzas justo donde se necesitan. Como estas fuerzas se producen en puntos centrales, pueden trabajar las instalaciones en el lugar de acción con relativamente poco espacio y peso. Cuantos más dichos lugares de trabajo existen y cuanto más grande son las fuerzas, tanto más ventajosa es la instalación hidráulica frente a una eléctrica. Otra cosa importante frente a la instalación eléctrica es, que esta interviene algo mas blanda y su fuerza se puede limitar fácilmente como por ejemplo sobre una válvula de alivio.

La instalación en la imagen se compone en primer lugar de la unidad de suministro situada arriba y el cilindro de trabajo por abajo. Este tiene un conector en ambos lados del cilindro. La presión sobre el conector derecho (rojo) pulsa el émbolo afuera, la presión sobre el conector izquierdo (azul) hace retroceder este. Ambas tuberías de presión de unos 8 mm de diámetro se tienen que conectar según las marcas de color en la unidad de suministro. Esta se compone por la izquierda de un depósito con hasta medio litro de líquido hidráulico, el control electro hidráulico en el medio y la bomba eléctrica a la derecha. Así se tiene que regular la unidad de control, para que después pueda distribuir la presión sobre pequeñas válvulas a las tuberías correctas, o abrir estas hacia el depósito (retorno).

La localización de averías se inicia idealmente con el relé de la corriente de trabajo, ya que este resulta más económico al recambiar. Si después de recambiar este sigue la instalación trabajando demasiado débil, se sospecha inmediatamente la unidad hidráulica (la arriba mostrada). Por cierto esta se recambia por regla completamente. Ni el relleno de líquido ni cualquier reparación en ella son trabajos de taller ordinarios. Esto es debido a la enorme presión que ejerce, por eso se debe tener cuidado incluso cuando se recambia. El que trabajando equivoca la posición de las tuberías, se puede preparar para reparar una serie de daños en la carrocería. 09/12

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