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Ruedas (historia) 2
A partir de ahora la rueda también podrían llamarse 'rueda neumática'. La expresión se origina en la palabra griega 'pneuma', que significa aire o viento. Tomará otro medio siglo, hasta que este principio prevaleció
en la práctica, pero al menos era una forma de rodar un poco más cómodamente sobre la colina y el valle.
Un requisito previo para la invención de Thomson, que consistía en una especie de manguera y cubierta exterior de cuero, fue el desarrollo de la vulcanización por Charles Goodyear en 1839. Así originó goma de una
forma más bien duradera y de alta resistencia mediante adiciones especiales a la goma, por ejemplo azufre, y a ello el calor apropiado y suficiente presión. Pero desafortunadamente la humanidad aún tenía que
esperar. La invención fue simplemente olvidada después de la muerte de Thomson.
La carrera de bicicletas favorece el desarrollo de la rueda neumática. |
En el mismo siglo, el veterinario irlandés John Boyd Dunlop desarrolló el neumático. En realidad, esto solo fue pensado para el triciclo de su hijo. Una manguera de goma hermética estaba envuelta en tela de lino. Si
la manguera tenía que ser reparada, el lino debía pelarse capa por capa. Nombre del primer neumático 'momias' neumáticos. Todo esto data del año de 1888, cuando se introdujo la primera bicicleta de seguridad
con pedales y una cadena, en lugar del velocípedo de rueda alta.
Por supuesto, los dos primeros fabricantes de automóviles, Benz y Daimler, aún no conocían esta invención. En Inglaterra ahora fue inventado en rápida sucesión el reborde desde alambres de metal con cama baja
(Charles Welch, William Bartlett, hasta 1900), la válvula (Charles Woods) y en Francia el neumático con manguera de aire intercambiable (Édouard Michelin). Este último, junto con su hermano, fue el responsable de
probar esta innovación en una carrera por primera vez, lo que, por cierto, resultó en un ahorro de tiempo distintivo.
A pesar de los cientos de patentes, un problema seguirá acompañando al neumático durante más de cincuenta años, a pérdida de presión, no causada solo por la gran cantidad de clavos de herradura perdidos,
sino también a través del refuerzo del lino, cuyas diferentes capas se desgastaban entre sí. Esta era la única ventaja que tenía el neumático de caucho macizo, como amortiguador entre la llanta y la carretera. Podría
ser montado, utilizando una gran cantidad de fuerza, por el herrero de la aldea, o en uno de los talleres primitivos de la época (ver figura 4).
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