Primer camión

Se parecen los primeros camiones más a una diligencia (antepasados) por su forma, construcción, ruedas de madera recubiertas de goma y la dirección. En el año
1896 lo ofertan Daimler y Maybach, con un motor de dos cilindros en línea y una cilindrada de un litro con una potencia 3 kW (4 CV) y puede transportar hasta 1,5
toneladas. El motor estaba (dos años después adelante del todo) instalado delante del eje trasero. En la recta alcanzaba unos 10 km/h de velocidad y con pendientes de
hasta 10% las podría superar solo con poca carga. Los ejes estaban montados adelante con dos ballestas cruzadas al eje y atrás con muelles helicoidales con la
correspondiente guía de rueda. Directamente a las ruedas de acero afectaba el bloque de freno que se accionaba con una manivela en lugar de un pedal. El freno de
banda exterior y a partir de 1902 el tambor de freno con zapatas interiores sustituyeron este freno.
El conductor y el acompañante se sentaban al aire libre y recibieron más tarde al menos un asiento calentado por la refrigeración. El consumo de combustible superaba
los 10 l/100 km. El par se transmitía desde el motor sobre una correa al eje trasero. Dos años más tarde se usaban aquí engranajes de piñón y cadenas. Hasta no entrar
en el próximo siglo no llego ha imponerse el camión con motor de gasolina contra la mucha más pesada máquina de vapor. Hasta la mitad del siglo siguió existiendo,
debido a que el camión con motor de gasoil necesitaba su tiempo de desarrollo y además también había que luchar por la aceptación del comprador. Sin embargo los
neumáticos, la tracción a las cuatro ruedas y los primeros vehículos de tres ejes llegaron antes.
Ya solo con el proceso de arranque se tenía que disponer de nociones mecánicas. Con una especie de bomba de aire se suministraba la presión necesaria en el
depósito sobre la tubería correspondiente. Mientras que la presión se tenía que reponer de nuevo durante la marcha desde el asiento del conductor, estaban los grifos de
combustible directamente en el motor posicionados. Después se esperaba que llegara el suficiente combustible para poder encender la llama en el tubo incandescente.
Sólo después de esto era posible de arrancar el motor de dos cilindros con baja compresión mediante el giro de la manivela que aún hoy en día se conoce.
El elemento que asociaban los motores de primera generación (incluso en el triciclo Benz) era siempre el mismo, las no regulables revoluciones del motor, las que con
una velocidad máxima de 10 km/h no deberían plantear problemas. En lugar de engranajes, se usaban correas de cuero sobre ruedas de tamaño diferentes tensadas o
destensadas, para facilitar la subida de pendientes bajas. Al fin y al cabo se creo así también una marcha atrás, la que sin embargo se accionaba con el pie.
Hasta aquí era todo esto aún posible de hacer. Pero esta camioneta pesaba casi 2 toneladas y se tenía también que dirigir y frenar en caso de una emergencia. Aquí
ejercían fuerzas grandes con esta dirección primitiva. Causa era la transmisión directa por cadena desde el piñón de la columna vertical de dirección hacia el otro piñón
al lado del eje rígido. Era evidente que con el freno se necesitaban fuerzas aún mayores. Menos mal que por lo menos tenía aparte del freno accionado por manivela para
bloquear las ruedas traseras con tarugos de goma, también el freno de pedal que actuaba sobre los ejes de transmisión. Con la carga que ya transportaba y a pesar de
que era lenta no tenía en ningún momento seguridad esta camioneta. 03/09
|