Las baterías cuentan por su forma básica de construcción como los más antiguos componentes eléctricos que todavía se utilizan en los vehículos modernos. Al mismo tiempo ha crecido el consumo constantemente, a pesar de que a un gran consumidor como el motor de arranque, se le ha logrado hacer un ahorro significativo. Esto significa que la batería no solo tiene una carga única al arrancar, sino que es una carga constante a causa de la cantidad de consumidores que existen.

Las baterías en automóviles de clase media garantizan corrientes nominales de hasta 900 A. Para motores diesel con diez cilindros se instalan baterías de arranque con una capacidad de 85 Ah. En efecto ha esto los automóviles con una cilindrada de un litro no pueden existir en el futuro, debido a que la mayoría de estos automóviles tienen un consumo muy alto de combustible para generar la energía eléctrica. Por lo tanto no extraña el hecho, que con el tamaño de las baterías creció el deseo de reducirlas a un formato comercial, con el fin de crear más seguridad para garantizar la potencia de arranque. Las primeras se encuentran en automóviles de la gama alta los que tienen un mayor consumo de energía.

De las dos baterías sirve una para el proceso de arranque y la otra para la red eléctrica. Una sofisticada electrónica de a bordo se encarga siempre de suministrar bastante energía a la batería de arranque. Esta crea una alta densidad de potencia, la capacidad y peso son reducidos. A causa de esto se puede instalar la batería en la parte delantera del compartimento del motor cerca del motor de arranque. De esta manera se puede hacer el cable grueso hacia el motor de arranque mas corto.

La otra batería más pesada se instala atrás para repartir el peso mejor. Su capacidad se adapta en función de las necesidades del resto de la red eléctrica. Se puede desconectar durante el arranque para proteger los controladores de tensiones bajas. Dentro de un cierto rango de tolerancia puede apoyar una a la otra batería.

Por eso no tiene que estar la batería de arranque preparada con una carga máxima de corriente para el arranque en frío del motor, porque recibe durante el arranque en frío ayuda de la batería de a bordo, mientras que generalmente con un motor caliente ambas baterías se separan al arrancar. Todo esto es controlado por un sistema de gestión que también reacciona cuando se sobrecarga el sistema. Aquí se puede reducir el suministro de energía para ciertos sistemas de confort o apagar por completo.

Con el sistema para la supervisión de la red de a bordo, el que incluso también existe en automóviles mas económicos sin baterías dobles, se tienen que incluir los sensores para la tensión de la batería y la temperatura, y por lo menos una unidad de control y un relé de conmutación controlado. Sobre el bus CAN se contacta el controlador del tablero de instrumentos, para que por ejemplo con una baja tensión desconecte la calefacción innecesaria.

Por supuesto también se tiene que tener en cuenta la emisión en pantalla. El controlador detecta incluso los eventos de accidentes de cada dispositivo de control de airbag. En este caso se apagan todas o ciertas partes de la red eléctrica, a veces de tal manera que después de esto hay que pasar por el taller para hacer funcionar el circuito de nuevo. Pero probablemente es esto de todos modos necesario a causa del golpe accidental. 11/12