La tracción permanente a las cuatro ruedas tiene algo demasiado par motor en el eje trasero, excepto cuando esta resbala completamente. En la imagen estaría el motor en la parte superior a la derecha instalado. Por la izquierda se llega al eje trasero, y a la derecha por debajo hacia el eje delantero. Arriba a la derecha al lado de la cadena de eslabones garantiza un engranaje planetario una tracción uniforme a todas las ruedas con una distribución de par motor de 38% al eje delantero.

Esta distribución básica se hace posible mediante piñones helicoidales y centrales de diferente tamaño. Por arriba a la izquierda de la cadena de transmisión se encarga un embrague de láminas para una distribución variable. Este se acopla o se desacopla sobre presiones altas de aceite o por un fuerte motor eléctrico con intervalos cortos de tiempo. Con ello es posible de cambiar, incluso en la curva la distribución de la fuerza del motor de tal modo, que se puede evitar situaciones críticas en carretera.

Con ello obtiene exactamente el eje donde ejerce la mayor fuerza de viraje el menor par motor. El sistema es una ampliación del . Actúa antes y tan suave que el conductor simple no se da cuenta de la intervención. Con motores de gran par motor especialmente con la marcha más alta, se puede abrir el embrague cuando las ruedas traseras patinan, para mantener en sus límites la carga del eje delantero.